PAPIIT IN402815

Responsable: Crescenciano Grave Tirado

Metafísica y las aporías de la verdad

En ninguna época como la nuestra, el hombre ha desconfiado tanto de la verdad. Incluso algunos sectores ideológicos imperantes consideran como un signo del progreso, el abandono de las grandes preguntas sobre las cuales se fincaron las discusiones que trazaron el destino de occidente. Ello mismo hace urgente volver a plantear la pregunta: ¿puede el hombre vivir sin verdades? Un ámbito decisivo para afrontar esta interrogante fue —y los integrantes del Seminario de Metafísica asumimos que sigue siéndolo— la metafísica.

La metafísica, de la que se desprenden históricamente las ciencias, eleva a rango teórico el proceder existencial humano y se pregunta por aquella verdad que subsume a todas las demás. Las respuestas teóricas a esta pregunta han sido a lo largo de la historia múltiples, cambiantes y contradictorias. Piénsese tan sólo que la verdad ha sido entendida como adecuación, creación, dogma, etc. Esta variación en las nociones de verdad no es ajena a los cuestionamientos que sobre la metafísica han hecho otras ciencias pero, sobre todo, proviene de la vocación autocrítica de la propia metafísica. Ésta, al plantear explícitamente la pregunta por aquello que atraviesa a todas las cosas, conmociona el sentido de verdad –incluyendo la relativa a la existencia del hombre– y, al mismo tiempo, pretende fundar la realidad humana acorde a su aclaración de la verdad.

La trenza de crítica y fundación de la verdad de la existencia del hombre en el mundo —en el entramado de relaciones sociales entre los seres humanos y de éstos con la naturaleza— responde a los requerimientos de la época respectiva. Así, la verdad que la metafísica concibe es inseparable del mundo histórico al que pertenece. Éste no es un vínculo que quede como algo meramente pasado, es histórico porque conforma una tradición frente a la cual se configuran nuevas formas de vida que requieren su crítica y su fundamentación. El hombre en el mundo es productor, resultado y reproductor de la historia. Somos comprehendidos por el mundo a la vez que nos comprendemos en el mundo. Este doble sentido se recoge en la cuestión por la verdad. Las distintas existencias singulares se conducen significativamente en el tiempo y en el espacio que les ha tocado en suerte de acuerdo con aquello que ellas consideran su verdad. Dicha circunstancia es la que muestra el carácter aporético de la verdad: el hombre no puede dejar de vivirla y buscarla —en diálogo con la tradición y los pensadores contemporáneos— a sabiendas de que no hay verdad definitiva.

El proyecto parte de la idea de que el modo original de la verdad es la manera en la que el ser humano vive en el mundo. Si bien estos modos, como hemos señalado, son múltiples, cambiantes e incluso contradictorios, todos ellos muestran la forma en la que el hombre existe y se interrelaciona con los demás y con la naturaleza. Esta manera del ser del hombre, tanto a nivel existencial como teórico, es el que pretendemos analizar mediante el diálogo crítico con la propia tradición metafísica, así como con otras vertientes de las humanidades como la historia, la religión, el arte y la literatura.

Resultados

El problema fundamental que se reflexionó y discutió en los tres años del Proyecto fue el de la verdad; se enfatizó en todo momento su carácter histórico, multivoco y aporético. Los eventos del Proyecto mostraron con claridad que la pregunta por la verdad cobra distintos significados de acuerdo a lo que cada disciplina propone como hilo conductor de sus investigaciones. Lo anterior muestra la necesidad de mantener y favorecer el diálogo entre las disciplinas mencionadas y otras disciplinas. A favorecer el diálogo se dirige entonces la publicación de las reflexiones presentadas tanto en el Coloquio como en la Cátedra, por lo que los libros resultantes son expresión modificada para su publicación. La totalidad de los libros proyectados ya han sido presentados para su dictamen al Departamento de Publicaciones de la FFyL.

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